Muchas veces, cuando hablamos de educación en el tiempo libre, lo asociamos a términos como: juego, ocio, calle,… No se trata solo de eso, la formación en el tiempo libre es algo mucho más completo. Se trata de un proceso educativo con unos objetivos determinados en el que no solo importa lo que se enseña, sino CÓMO se enseña, no importan solo los resultados sino todo el proceso en conjunto.

En la formación en el tiempo libre no se persigue solamente un aprendizaje sino establecer unos procesos de maduración personal como parte fundamental del trabajo educativo que vamos a desarrollar después. Se adquieren no únicamente unos conocimientos sino también unas habilidades, unos valores y unas actitudes necesarias para desarrollar este trabajo con calidad.

Formarnos en el tiempo libre nos enseña a: aprender a aprender, nos capacita para hacer frente a determinadas situaciones, a trabajar en equipo, a tener autonomía, a construirnos como personas, nos aporta los conocimientos necesarios para analizar la realidad donde vamos a actuar, nos capacita para dinamizar, observar, escuchar, dialogar, a ser responsables de los compromisos que adquirimos, a estar receptivos para nuevos aprendizajes, a tener capacidad para evaluarnos a nosotros mismos.

Hay que poner en valor lo que se aporta desde la educación en el tiempo libre a la infancia y juventud, complementa otros procesos educativos de la educación formal, con alternativas creativas, trabajando habilidades, valores y actitudes que nos hacen desarrollarnos como personas para convivir en la sociedad. Se trata de un cauce para el aprendizaje democrático y participativo, donde la persona se construye en relación a otras, donde se desarrolla la autonomía personal, donde aprendemos a afirmarnos, reconocernos y respetarnos.

El tiempo libre educativo genera espacios comunitarios, alianzas basadas en el diálogo, nos hace responsables de atender y poner en el centro del foco a las personas, nos habla de participación, implicación y nos transforma en una ciudadanía comprometida.

Dentro de los objetivos de Coordinadora está el de ofrecer formación a las personas que trabajan la educación en el tiempo libre. Educadores y educadoras que intervienen con infancia, juventud y familias atendidas desde las entidades de la red. Entendemos el trabajo en el tiempo libre como una herramienta educativa muy potente y los espacios de reflexión e innovación generados son fundamentales para seguir avanzando en nuestra intervención.

Actualmente estamos desarrollando el curso de Monitor/a de Tiempo Libre, una formación que prepara a las personas participantes para desarrollar diferentes funciones: planificar, desarrollar y evaluar actividades socioeducativas con infancia y juventud, trabajar en equipo, colaborar en tareas organizativas derivadas de la actividad educativa… Trabajamos su maduración personal como parte fundamental del trabajo educativo que tienen que desarrollar, fomentando su autonomía y empoderamiento. Y, por supuesto, uno de los objetivos fundamentales es que descubran el TIEMPO LIBRE como tiempo EDUCATIVO.

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